Andrés Nocioni ejecuta su tiro de tres puntos, la anaranjada que coquetea con el aro y, como si fuese un mal sueño, se niega a entrar. La derrota queda consumada y Argentina cede ante un buen seleccionado de Rusia, su lugar en el podio.
Debo confesar que me invadió, como a muchos, una tristeza enorme, una tristeza que iba más allá del resultado.
En lo que al juego respecta se vio un primer cuarto donde Rusia impone su altura y físico y esto incomoda a nuestra selección. Pero si de algo saben estos chicos es de enfrentar a la adversidad. Y ahí apareció Ginóbili aportando valiosos puntos, y también el resto bancando en los rebotes defensivos. De esta forma se logra terminar el periodo inicial arriba por un punto.
En el segundo cuarto Delfino asumió el rol principal en ataque, ya que Manu y Scola no estaban en cancha. Acompañó muy bien Juan Gutierrez y con un buen juego, y aprovechando los errores del seleccionado europeo, se adelanta en el marcador por 27-21. Es en ese momento donde el equipo Ruso comienza a imponer su diferencia de talla en defensa y Argentina se muestra inestable en ataque para lograr un parcial de 12-0. Cuando parecía que el equipo se estaba diluyendo apareció la mano caliente de Leo Gutierrez, para traer aire renovado y permitir, a la albiceleste, meterse nuevamente en el encuentro.
En el tercer cuarto Argentina comenzó a apoyarse demasiado en los tiros de larga distancia que comenzaron a fallarse. A todo esto a Luis Scola se le complicaba llegar bajo el aro rival, ya que era bien contenido por los grandes jugadores rusos. Los nuestros parecieron perder el control del encuentro, un par de balones perdidos sumado a una Rusia que comienza a realizar ataques rápidos a través de un Andrey Kirilenko inspirado y a encontrar tiros de tres puntos. De esta forma consigue alejarse en el marcador y lograr una ventaja de 11 puntos. Allí iba a aparecer nuevamente el orgullo de estos "Longevos" para conseguir un parcial de 7-0 y acortar distancias.
En el último cuarto Argentina logra igualar en 62 por lado, y el partido prometía un final no apto para cardíacos. Allí otra vez aparecen los europeos con dos jugadores claves, Kirilenko y Shved, para pasar al frente nuevamente en el marcador por 71-66. Otra vez Argentina demostró su carácter y experiencia y con dos grandes bombas de Manu Ginobili y Andrés Nocioni logran el 72-71 que hacía ilusionarnos con el final esperado. A partir de allí se repartieron puntos y apareció nuevamente en escena él, el que supo conducir muy bien a este gran seleccionado europeo, sí, Shved a falta de pocos segundos y con el marcador a favor de los nuestros por 77-76, clavó un triple decisivo. A partir de allí el final que todos vimos y sufrimos, una falta dudosa a Prigioni, el maldito tiro del Chapu que no quiso entrar y el final del partido con un marcador que daba ganador a Rusia por 81-77.
Ese pitazo final y, la escena de la selección europea festejando su medalla de Bronce, fue como un puñal en nuestro corazón. Ver las caras de dolor de nuestros gladiadores nos conmovió hasta las lágrimas.
Sí algo nos deja esta Generación Dorada es que siempre se va a luchar, siempre se va a entregar de cuerpo entero, siempre va a batallar hasta que el tiempo diga basta, siempre va a dejar la vida y el alma en la cancha, siempre va a tener ese hambre de gloria que pocas veces se ha visto en un seleccionado, siempre va a ser humilde en las victorias y grande en las derrotas, siempre va a llevar con orgullo los colores de nuestro país y siempre va a buscar escribir capítulos nuevos en el básquetbol nacional.
Hoy tocó estar fuera del podio, eso dolió y Manu Ginóbili fue claro en sus declaraciones "Siento triteza, desilusión. Teníamos una gran ilusión por ganar una medalla. Hubiese sido un ciclo impresionante de tres Juegos Olímpicos, no es lo mismo ser terceros que cuartos."
Por mi lado, y el de la mayoría, a pesar de que hubiésemos querido otro final, puedo decir que me siento orgulloso de estas fieras, de estos enormes jugadores. Me siento orgulloso de este plantel que supo llevar con honor, valentía y gloria la camiseta de nuestra selección.
Solo puedo decirles GRACIAS GENERACION DORADA. Gracias por permitirme verlos brillar, verlos llevar a lo más alto el básquet de nuestro país, gracias por permitirme emocionar cada vez que pisan una cancha, gracias por tanta entrega, tanta lucha, tanto coraje y tanta hombría. Gracias por dejarnos ser parte de ustedes y sentir lo que ustedes sentían. Gracias...gracias por entregarnos SU ALMA.
Una excelente aportación, me has transmitido esa emoción y pasión hacia los deportes. Han dejado una huella para tu país, y sé que muchos jóvenes querrán seguir sus pasos. Un saludo
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario...muy generoso de tu parte! Un abrazo grande
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